En 1957 Willys lanzó en el mercado americano un nuevo modelo de Jeep diferente a todo lo anteriormente comercializado. Se trataba de una furgoneta de cabina avanzada, denominada FC-150 (FC significa “Forward Control”), basada en el chasis del contemporáneo CJ-5 y equipada también con el mismo motor Hurricane. Más tarde se añadiría a la gama otra versión con el chasis alargado denominada FC-170.
Varios años después, en 1963, VIASA presenta en el mercado su segundo modelo tras los CJ3-B y CJ-6.
Se trataba de la gama de furgonetas denominadas en el código de la firma en este primer momento como SV-410, un desarrollo propio de la firma zaragozana, sin parangón en la gama estadounidense ni en ninguno de los numerosos licenciatarios de la firma Jeep repartidos por el mundo.
Inspirado en el del CJ-6 español, los técnicos de VIASA diseñaron un nuevo chasis más grande y robusto, mientras que para el motor también escogieron el mismo que equipaba las versiones diésel de los CJ3-B / CJ-6, el muy extendido por aquel entonces Perkins 4-192, un diésel de cuatro cilindros con 3.150 c.c. y
una potencia máxima de 64 CV a 3.000 rpm. El motor se situaba por detrás del eje delantero, dentro del habitáculo, para lograr un buen reparto de pesos. La caja de cambio era ZF, en un principio con tan sólo tres velocidades más marcha atrás, curiosamente las tres hacia delante sincronizadas (mientras que el resto de los productos del fabricante zaragozano no tenía la primera velocidad sincronizada). Unos robustos ejes rígidos sustentados por ballestas, situadas sobre el eje, y la tracción habitualmente trasera, con la delantera conectable a voluntad y reductora completaban las características técnicas.
Sobre estos mimbres mecánicos, VIASA desarrolló una gama completa de carrocerías, caracterizadas por la utilización de líneas en su mayoría rectas, quedando un vehículo de gran porte para aquella época, con una distancia entre ejes de 2,565 m., una longitud de 4,423 m., una anchura de 1,78 m. y una altura de 1,91 m.
En un alarde de originalidad, cada una de las 5 versiones disponibles recibió su propia denominación. El modelo microbús, con nueve plazas y la posibilidad de equipar asientos corridos o individuales se denominó en un principio Caravan, aunque pronto se cambió por Toledo. El pickup de cabina simple se llamó Campeador, mientras que el doble cabina recibió la acertada denominación de Dúplex, y el modelo furgoneta cerrada se llamó simplemente Furgón. Por último el chasis-cabina se denominó simplemente así.
Con su tracción a las cuatro ruedas y reductora y su elevada capacidad interior fue un modelo singular en su época, y sin ningún competidor. No fue hasta 1967 cuando Santana lanzó al mercado su propio modelo de cabina avanzada, el Land Rover 1.300. Era bastante caro también, y probablemente eso limitó su
difusión. Para abaratar el producto y competir en el segmento de furgonetas corrientes, se lanzó también a mediados de los 60 una versión con tracción simple, lógicamente sin reductora.
La evolución no fue muy notable durante el resto de los años 60. Las puertas laterales traseras, en un principio dobles, se sustituyeron poco a poco por otra de una única hoja con el montante trasero superior inclinado, en las versiones Toledo, Furgón y Dúplex. En 1971 la caja de cambios de tres velocidades es
sustituida por otra de cuatro.
La etapa Motor Ibérica
A principios de 1974 y tras la firma de los acuerdos entre VIASA y Motor-Ibérica los furgones SV-410 pasan a comercializarse como Jeep-Ebro y Jeep-Avia. Incorporan desde este momento algunos cambios estéticos menores como la sustitución de los faros delanteros por otros con el cerquillo cuadrado, mientras que desaparece el relieve de Jeep situado en el frontal, siendo sustituido por una placa de Jeep-Ebro o Jeep-Avia, mientras que los pilotos traseros circulares se sustituyen por otros con un diseño más convencional.
La modificación más importante viene por el cambio del propulsor. El Perkins 4-192 es sustituido por el 4-203, también un cuatro cilindros diésel, con algo más de cilindrada – 3.330 c.c. – y 71 CV al tranquilo régimen máximo de 2.600 rpm. La gama pasa a denominarse SV-430 y también se cambian los nombres
comerciales. Ahora toda la gama se denomina Campeador, con las variantes Furgón, Doble Cabina, Plataforma, Chasis-Cabina y Microbús. Se mantendría en el mercado hasta 1980, cuando cesó su producción tras 17 años en el mercado.