Los Jeep CJ3-B y CJ6

LOS VIASA CJ3-B Y CJ-6

El CJ3-B fue presentado en Estados Unidos en enero de 1953. Su aspecto era diferente al de los Jeep anteriores, ya que para albergar el nuevo motor Hurricane, con válvulas en cabeza (frente al anterior Go-Devil, de válvulas laterales), fue necesario elevar la parte delantera, siendo así el primer Jeep de “morro alto”.

En 1960 el CJ3-B comenzó a fabricarse en la factoría zaragozana de CAF (bajo la denominación de MB-CJ3-B), tras los acuerdos alcanzados por VIASA (filial de CAF) con la Willys Overland, fabricante de los Jeep, un año antes.
En pocos meses se consiguió un aceptable nivel de nacionalización, y en la Feria de Zaragoza de aquel mismo año se presentaron los primeros vehículos “de alto interés nacional para el ejército y la agricultura”, según indicaba la prensa de la época. Prácticamente similar al modelo americano, estos primeros Jeep españoles se ofertaron con motores de gasolina o diesel, ambos con cuatro cilindros. El primero era el conocido y viejo Go-Devil, de válvulas laterales (2.2 L. y 60 CV) mientras que el segundo era el voluminoso y pesado Perkins 4-192 (3,15 L. y 63 CV).
Una de las principales novedades que introdujo VIASA fue desarrollar una versión larga del modelo, con medio metro más de distancia entre ejes y longitud total, que se denominó MB-CJ-6 (el CJ-6 estadounidense era la versión larga del CJ-5). Los vehículos se comercializaron en un
primer momento como Willys-VIASA.
Pero pronto el incansable Eduardo Barreiros entró en escena, ofertando a VIASA sus motores diesel ligeros. En concreto se trataba del C-60, un 2.0 con 60 CV, con menos par para remolcar o arar que el Perkins, pero con una mayor aceleración y por tanto mejores prestaciones en carretera, manteniéndose como opcional hasta 1.974.

En 1963 la empresa americana cambia su nombre por Kaiser-Jeep, lo que afecta a los Jeep españoles, que pasan a comercializarse como Jeep-VIASA, perdiendo el apelativo de Willys.
Estos modelos primitivos de los años 60 se distinguen por algunos detalles como el único reloj situado en el centro del salpicadero, los pilotos traseros redondos y con una pequeña cúpula, el asiento delantero corrido de tres plazas en algunas unidades, o las lunas delanteras con apertura hacia la parte superior para facilitar la entrada de aire en el habitáculo. No eran precisamente baratos, y en 1963 los Jeep españoles costaban entre las 180.000 pesetas del modelo corto de gasolina y techo de lona, hasta las 249.600 del modelo largo, con cabina pickup y grúa accionada a motor.

Con escasos cambios se mantuvieron los VIASA durante la década de los 60, más ocupado el fabricante zaragozano en ampliar su gama: primero con la aparición de las furgonetas SV en 1963 y luego con el Comando a finales de 1968. En 1971 VIASA presenta en el Salón de Barcelona una versión mejor equipada del CJ3-B, con la inclusión de arco de seguridad, nuevos asientos, capota de lona rediseñada para poder ser plegada, tapacubos, nuevos colores (entre ellos el amarillo que se haría muy popular), etc.…

La etapa EBRO / AVIA

En enero de 1974 VIASA firma un acuerdo con Motor Ibérica en virtud del cual la segunda aporta a la primera apoyo técnico para desarrollar sus vehículos y se hace cargo de la comercialización de los mismos (la red de VIASA era bastante limitada en número de concesionarios). En virtud de estos acuerdos los cuatro modelos de VIASA comienzan a comercializarse como Jeep-Ebro y Jeep-Avia (Motor Ibérica había adquirido Avia en 1971). A los CJ3-B y CJ-6 el cambio les afecta notablemente.
En principio la gama se queda con un solo motor, el Perkins 4-108 de 1.760 c.c. y 47 CV (normas DIN). Aunque se trataba de un propulsor menos potente que los anteriores debemos situar esta modificación en su contexto histórico. En aquellos primeros años 70 la crisis del petróleo estaba en pleno apogeo, por lo que el tema de la mejora de los consumos primaba sobre otros aspectos. También se introdujeron otras mejoras como nueva instrumentación, con la inclusión de un segundo reloj y más chivatos, pilotos traseros más grandes, montados ahora sobre un soporte metálico, nuevos colores, y además pasa a denominarse comercialmente como Bravo, Bravo-L la versión de chasis largo, y Bravo-S el modelo corto mejor equipado. Con escasos cambios se mantendría en producción, aunque bien es verdad que en los últimos años de forma casi testimonial, hasta el año 83, en el que se puso fin a las actividades industriales
de VIASA. Los CJ3-B y CJ-6 también fueron utilizados en España en gran número por el ejército.